nº 20 (Sept-Oct 2014)
EL ECO DE LA TORRE nº 20 (Septiembre – Octubre 2014)
Durante el otoño de 2013 e invierno de 2014 varios particulares y la A. de VV. Playas de la Chapineta recogieron firmas a favor de un pleno funcionamiento del Consultorio Médico de La Azohía. Alguien se sintió con autoridad para afirmar que no valía la pena tal esfuerzo, que no serviría para nada.
Las deficiencias en infraestructuras, espacios comunes, locales sociales, etc., en todo Bello Rincón son evidentes. No parece lógico culpar de ello a las autoridades locales solamente; alguna parte habremos tenido los residentes habituales, sobre todo los que han ejercido algún grado de responsabilidad.
Decíamos no hace muchos meses que uno tiene siempre el derecho de hablar y, a veces, también la obligación. Algo parecido ocurre ahora; un ciudadano no debe inhibirse cuando se le niega algo a lo cree que tiene derecho; no debe esperar, por exceso de comodidad, prudencia o temor, a que crezca dentro de sí la indignación o la rabia; puede llegar a hacer algo que normalmente no haría. La sociedad tiene que acostumbrarse a ver a alguien concentrarse, portar una pancarta, recoger firmas… No debe verlo como algo indecente o deshonroso, confundirlo con manifestar su indignación o rabia, arremetiendo contra las propiedades ajenas, bienes públicos o el elemental respeto a las personas: el confundirlo es un síntoma de nuestra poca trayectoria democrática.
A la formación de una positiva conciencia democrática no contribuye precisamente nuestra clase política cuando sus calificaciones para este tipo de manifestaciones ciudadanas obedecen más a su conveniencia política del caso que a la forma objetiva de llevarla al cabo, que no pocas veces se retuerce malévolamente.
El hecho de que el número de firmantes a favor del consultorio haya más que triplicado el número de afectados, indica hasta qué punto los ciudadanos son capaces de ser solidarios por una buena causa, en este caso una atención sanitaria de calidad. Esperamos que el normal funcionamiento durante un periodo estival con récord de afluencia sea el punto de partida para dotar a La Azohía del adecuado consultorio.
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2.- ¡Adiós amiga! (poema), por Asunción Nieto García
Llena de vida en la primavera de 2013...
Ahora ya no está entre nosotros. Nos dejó el pasado 31 de julio.
¡Adiós, amiga!
Por fin, has partido, San;
a pesar de tu lucha
has tenido que partir; no más
dolor ni sufrimiento. ya
descansas en un mullido
colchón de nubes…
abrazada por los ángeles
que te esperan…ahora estás
en la más absoluta felicidad,
cuidando nuestros pasos,
alumbrando nuestros días.
Tu sonrisa se ha quedado aquí;
tu bondad y entrega se han quedado aquí;
tu perfume se ha quedado aquí;
toda tú estás aquí.
No podemos abrazar tu cuerpo
ni tocar tus manos;
pero abrazamos tu alma
cada mañana al despertar,
desde el más absoluto amor;
a pesar de tu lucha
seguirás en nosotros
el resto de nuestros días.
Gracias por todo lo que nos has dado.
ve hacia la luz y descansa en paz,
porque aquí nos dejas
orgullosos y felices
de haber compartido estos años a tu lado.
descansa en paz.
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3.- A Fuensanta. Elegía de su hija Ana (poema), por Ana Belén Egido Pérez
Fue la primera que susurró mi nombre
fue la primera mano que rozó mi piel;
percibí su ternura aun estando en su vientre;
sabía que me amaba antes de nacer.
Ella es mucho, mucho más que amiga mía,
se parece más a mí que el mismo yo.
Ella calienta mi motor cuando se enfría
Y me levanta cuando caigo de dolor.
Ella no hace nada más y nada menos
que quererme exactamente como soy
y acompañarme desde lejos
y darme valor;
recordando sus consejos pienso
que es mucho más que amor.
Es mi madre,
la mujer que dio por mí su propia sangre
al darme la vida.
Es mi madre,
es la mujer que me aceptó,
sin conocerme,
y sólo al verme,
me adoró.
Ella sabe dónde estoy
aunque me esconda
y me deja ser tan libre como soy;
ella hace que me calle cuando quiere que responda
y me responde sólo cuando quiero yo;
a veces, pienso que la quiero;
a veces he pensado que no.
Eso es mucho más que amor.
Es mi madre,
con esa sonrisa loca
y esa fuerza descomunal
que siempre voy a recordar.
Por último,
quiero que todos sepáis
que estoy muy muy orgullosa de ella
y que siempre siempre seremos cuatro
¡Y eso nunca lo voy a olvidar!
¡Lo hemos intentado todo,
con todas nuestras fuerzas!
¡Que seas feliz
allá donde estés!
Desde allí cuida de nosotros.
¡TE QUEREMOS!
¡Hasta siempre con amor!
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4.- En recuerdo de Fuensanta..., por F. Ramos
En recuerdo de Fuensanta deseo refirmar lo que todos hemos dicho.
“Este encuentro para recordar, para estar con Fuensanta, no es más que parte de lo que ella ha propiciado, ha transmitido, ha fomentado, porque su lucha, su esfuerzo por hacer más agradable la convivencia entre los vecinos, fomentar la amistad, la solidaridad, la generosidad y la armonía es la causa de que estemos aquí”.
Esta mujer…, Fuensanta, Santi, San…, como queramos llamarla, no ha pasado desapercibida; donde ha ido ha manifestado con su gracejo particular lo que era capaz de dar y lo que quería, sin tapujos ni componendas, y esto es de agradecer en esta sociedad tan llena de cinismo e hipocresía.
Esta característica, entre otras, nos ha hecho estar cerca y compartir objetivos comunes. Y hemos disfrutado y hemos sufrido, pero, lo más importante, hemos vivido momentos apasionantes.
Su afán de aprender, de evolucionar, de “no quedarse parada viéndolas venir” le han hecho tener una vida ajetreada, que ha sabido compaginar con sus obligaciones y su devoción de madre, compañera, abuela y, ¡cómo no!, de administradora, sin olvidar sus compromisos sociales con los vecinos, los débiles y los necesitados. Todo este abanico de actividades ha hecho que el reflejo de su persona inunde las conciencias e impregne a las personas con las que se ha cruzado.
Me gustaría recordar una frase suya que quizá la identifique. Cuando teníamos dificultades con respecto a cómo afrontar una situación, bien porque veíamos obstáculos en la persona a la que teníamos que dirigirnos o dificultad de acceso a la institución, ella decía: “No te preocupes, yo voy… ¿Con quién hay que hablar?, ¿a dónde hay que ir?, ¿qué hay que pedir?”. Dicho y hecho, como he comentado antes; con arte, sin tapujos y de modo asertivo abordaba el tema y a otra cosa. Así de práctica y resolutiva se ha manifestado y así hemos vivido muchas experiencias.
Por último, solo dar las gracias por los momentos que hemos compartido y, sobre todo, por la transmisión de principios y valores, que han sido la razón de su existir.
“Las personas no mueren, siguen estando vivas mientras su recuerdo, las influencias de sus valores y su manera de hacer las cosas inunden lo cotidiano”.
Gracias Fuensanta, gracias
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Este verano se fue una amiga, una amiga de muchos.
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6.- Enfermedad por el virus del Ébola, por F. Ramos
Esta enfermedad, desconocida para nosotros afortunadamente, dado que su letalidad es alta, es noticia todos los días, pero…
¿Qué la produce?
Es producida por el virus Ébola, llamado así por haberse identificado en el río del mismo nombre en 1976, durante una epidemia de esta enfermedad. Parece ser que los murciélagos frugívoros son los huéspedes de este virus.
¿Cómo se transmite?
El virus se transmite por contacto directo con líquidos infectados como la sangre, la saliva, el sudor, la orina o los vómitos de animales o humanos vivos o fallecidos.
¿Qué síntomas produce?
Desde que una persona se contagia hasta que aparecen los síntomas transcurren entre 2 y 21 días. Generalmente aparecen, de forma súbita, fiebre alta, postración, dolor muscular severo, dolores de las articulaciones, dolor abdominal y cefaleas. Posteriormente, a la semana, aparecen en todo el cuerpo erupciones y hemorragias. Estas hemorragias se presentan en todo el tubo digestivo, produciéndose sangrado tanto por la boca como por el ano.
¿Cómo podemos prevenirla?
Dado que está circunscrita a países de África Occidental, se recomienda viajar a estos países solo en caso de necesidad y, de hacerlo, EVITAR:
- El contacto con sangre o fluidos corporales de una persona o un cadáver infectado con el virus del Ébola.
- El contacto con animales silvestres/salvajes, vivos o muertos, o de su carne cruda o poco cocinada.
- Tener relaciones sexuales con una persona enferma o con una persona que se ha recuperado de la enfermedad antes de que hayan pasado al menos 7 semanas.
- Tener contacto con cualquier objeto, como agujas, que se haya contaminado con sangre o fluidos corporales.
¿Qué tratamiento existe?
El virus del Ébola no tiene ningún tratamiento específico. El tratamiento que se utiliza es de mantenimiento, soporte cardiopulmonar y de las constantes vitales, teniendo en cuenta el aislamiento del paciente y la protección de riesgo biológico para los prestadores de salud.
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Una de las creencias más arraigadas y de la que más cuesta librarse es la de la muerte-siempre-futura, esa que nunca está aquí excepto como saber o idea de sí misma, ya que de la otra ‒de la muerte que hemos dado en llamar “física”‒ nada sabemos, es algo desconocido y radicalmente ajeno a nuestra experiencia.
Es justamente en nombre de eso misterioso e indefinido que yace bajo el imperio y el dominio de las ideas, como aquí tratamos de penetrar en esta falacia en torno al concepto de muerte futura, que se nos ofrece como una mera abstracción que poco tiene de natural o inevitable.
Todo parece apuntar a que este saber de la muerte está íntimamente ligado con la toma de conciencia de uno como individuo particular abocado a un final inexorable. Será la identificación de “Yo” que soy cualquiera que dice “Yo” con un hombre concreto a través de denominación y de la subsiguiente computación de “mí” como “un hombre entre los hombres”, lo que le permitirá a Aristóteles establecer su célebre axioma: “Todos los hombres son mortales. Sócrates es un hombre. Sócrates es mortal”. ¿No es éste el conocimiento que domina, esa seguridad, esa deducción de “todos se han muerto”, “todos se morirán”, “todos se están muriendo”, por tanto yo también, puesto que soy “uno de ellos”?
No obstante, cualquier razón o corazón medianamente sanos pueden descubrir que tanto “uno” como “todos” son entes ideales que rigen la realidad, pero que no por ello dejan de ser irrealizables: no puede haber en la realidad algo como “uno” idéntico o igual a sí mismo, pues constantemente están entrando nuevos significados que alteran los que ya estaban, y continuamente están perdiéndose otros. Del mismo modo, y siguiendo con el razonamiento, no puede haber algo como “todos”, porque, con vistas a ser contabilizados y formar parte de un conjunto cerrado, cada elemento tendría que estar completamente definido y clausurado, cuando según lo que acabamos de argumentar, ninguna cosa puede ser del todo la que es, es decir, absolutamente fija e inmutable.
Con todo, y a pesar de la paradoja inherente a la propia formación de estos ideales, sigue perviviendo la fe en “la unicidad” y en la “totalidad” de los seres humanos, siendo esta adoración del Hombre la que en definitiva nos convierte en criaturas mortales y finitas, según reza la máxima aristotélica.
Qué duda cabe de que “Yo”, con mi nombre propio y mi dni, mi status social o marital, yo soy un desgraciado, un reo de muerte, y es precisamente mi propia muerte la que me otorga el Ser, el ser quien soy, uno y para siempre el mismo. A través del ideal de “movimiento” sustentado por el ideal de “continuidad”, “Yo” que carecía de significación alguna, me convierto en una figurilla real, una sombra grotesca que avanza por unas coordenadas espacio-temporales hacia una finalidad concreta, un destino prefijado, una muerte asegurada.
No obstante, importa subrayar que esta idea de continuidad sobre el que mi ser real se sustenta es falsa pues tiene que hacerse compatible con la idea de “fin” o “límite”, lo cual es claramente contradictorio. ¿Cómo algo que es continuo puede tener fin? Lógicamente no tiene ningún sentido. Por tanto si no hay continuidad no puede tampoco haber ni movimiento ni salto al límite. Ideal éste también irrealizable, pues el concepto de límite pertenece al reino de la exactitud, del “sí” o “no”, mientras que la Realidad es sólo aproximativa, de “más o menos”.
Sería deseable que estos vislumbres supuestamente electrizantes nos ayudaran a reconocer que en verdad “Yo” no me muevo, que “Yo” no tengo ni rumbo ni fin, y que por debajo del saber de mi persona -es decir, de mi máscara- hay algo indefinido que por ello puede levantarse contra la definición, contra la conciencia de muerte o límite. En verdad, “Yo” como acto puro, acto de hablar, "Yo" como dialéctica en marcha o sentimiento enamorado, "Yo" no muero nunca, estoy exento de todo temor, de toda esperanza, de todo futuro.
Porque si algo es la muerte es saber de futuro. Sin Fe en el futuro no hay muerte ni tampoco miedo. Luchar contra la muerte implicaría por tanto renunciar a la fe en el porvenir de mi persona, siguiendo el sabio consejo evangélico: “no os preocupéis por el día de mañana, a cada día con su afán le basta”. Frente a un tiempo lineal abstracto constituido por un futuro, un pasado y, por ende, un presente, nos cabe reivindicar el sentimiento o la vivencia de otro tiempo que es verdaderamente inimaginable, ese “ahora” que no se puede atrapar y en el que continuamente nos estamos hundiendo o deshaciendo a poco que dejemos de justificar nuestra realidad tanto personal como colectiva. Es el tiempo donde de verdad pasan cosas, y no terminan de pasar nunca: el tiempo donde quizá puede atisbarse una muerte más veraz, un irse muriendo que es lo mismo que ir viviendo.
Existen también otras vías para sentir de una forma más intensa y descarnada la mentira de la muerte venidera. Cuando a uno por descuido le ocurre eso de enamorarse o "caer en amor", como se dice en la lengua inglesa, y se asoma encandilado al abismo sin fondo de la mirada del otro -de eso que hay detrás de su pupila-, no puede a la par dejar de preguntarse con cierta extrañeza: ¿cómo voy a morirme yo de ti?, ¿cómo vas a morirte tú de mí? No, no puede ser verdad: “tú” no puedes morir de “aquí”, porque “aquí” eres tú, y “tú” eres "aquí", y por mucho que se empeñen en convencernos de lo contrario, “tú” no puedes morir nunca de “aquí”, morir de “mí”. Hay, por tanto, algo en nuestra manera de construir este mundo, que debe estar mal hecho, mal contado, mal creído.
Pero, ¡atención!, este mundo no tiene motivo alguno para ser concebido como el único posible: ¿por qué diablos habría de haber un sólo universo donde "tú" estás para dejar de estar de algún modo, en vez de que haya un sin fin de universos donde "tú" estás sin dejar de estar en ninguno del todo? Ya Cristo lo anunció: mi reino no es de este mundo...
¡Dejemos por fin que la muerte se nos muera!
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Una amiga mía que vive en La Azohía me recomendó hace tiempo un libro que se titula Ayudarse a sí mismo, de Lucien Auger. Al leerlo he ido descubriendo una serie de cosas que me gustaría compartir con vosotros. No obstante, os recomiendo que lo leáis, imitando el buen consejo de Susana.
Un buen día entre sus páginas encontré la siguiente joya: “Cuando uno busca lo menos posible ser amado, es más amado; e inversamente, si busco con furia ser amado por los demás, llegaré la mayoría de las veces a verme dejado de lado”.
Si nos fijamos bien en nuestras vidas nos daremos cuenta que pasamos mucha parte de ellas buscando el amor de todos los que nos rodean. Es muy importante para nosotros sentirnos amados. Desde que nacemos establecemos vínculos con nuestros padres, hermanos, abuelos y demás familia; más adelante se ensanchan los grupos de relación y aparecen nuestros profesores, amigos... Y aprendemos a relacionarnos buscando, reclamando y muchas veces exigiendo la aprobación y el amor de los otros. Con pataletas o malos modos creamos situaciones insufribles, exigiendo a los demás que nos den ese amor que nosotros no somos capaces de darnos.
Si aprendiéramos a amarnos, nos daríamos cuenta que nuestro amor por nosotros mismos no depende de lo que me valoren o amen los que me rodean. Depende únicamente de lo que yo piense de mí mismo, de las ideas que rondan por mi cabeza, de lo que creo que soy. Pero si gran parte del día lo paso diciéndome: “Estoy tonto”, “lo hago todo mal”, “no soy capaz”, “yo no puedo”..., nos resultará mucho más difícil valorarnos de forma realista y querernos a nosotros mismos.
Por tanto ¡vamos a ponernos manos a la obra! Ha llegado el momento de dejar de posponerlo y empezar a amarnos; ha llegado el momento de darnos cuenta que somos unos seres increíbles. Seguramente habrá un montón de cosas que no se nos da bien hacer, pero, por una vez, vamos a fijarnos en aquello que “sí hacemos bien”, en lo que nos gusta hacer, en lo que nos da alegría, en lo que disfrutamos haciendo. Por ejemplo, considero que soy buena cocinera, me gusta cantar y disfruto escribiendo relatos; por otro lado, se me da fatal coser o tejer y tampoco soy muy buena con las manualidades. Si valoramos todo lo que SÍ somos capaces de hacer, comenzaremos a valorarnos de forma más positiva y esto hará que nos sintamos “más capaces”. Incluso podemos ir más allá, si empezamos a valorar y agradecer todo pequeño acontecimiento (gracias porque puedo andar, porque tengo dientes para comer, porque puedo pensar...), será un buen comienzo para empezar a valorarnos a nosotros mismos, a Amarnos, y ya no será tan importante si los otros nos valoran o no, si nos aman o no...
De este modo, nuestro comportamiento no estará condicionado por lo que piensen o deseen los demás y, como no buscamos, como no exigimos su amor, ellos con generosidad nos lo entregarán sin pedir nada a cambio.
Como dice Lucien Auger: “Tenga cuidado de no confundir su valor personal con el hecho de ser amado. El que a usted le amen no le hace más valioso y el que le detesten no le quita nada. Nuestro valor personal es independiente del reconocimiento que de él hagan los demás. Usted no tiene necesidad vital de que le amen siempre y en todas partes. Empiece por aceptarse a sí mismo de forma realista.”
Así que con esta “receta” en la mano no nos queda otra que probar.
Así de fácil es... ¡A practicar!
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La irrupción del Imperio Turco en el Mediterráneo Occidental en el siglo XVI y, sobre todo, la consolidación de su aliado magrebí, Argel, supuso un cambio radical en la correlación de fuerzas existentes en este lado del antiguo Mare Nostrum. Desde entonces los habitantes de las costas españolas e italianas, vivían en constante sobresalto ante la presencia diaria de naves corsarias en sus mares. La captura y posterior traslado a las mazmorras de Argel o de otros puntos como Salé, Durazo, Bizerta, Larache, Orán o Túnez, se convertirán en lugares de acoso de las naves españolas y lugares en donde los navíos berberiscos tenían sus bases.
Según Salvatore Bono, se estima que a finales del siglo XVI y primeros decenios del XVII había en Argel 25.000 esclavos europeos, 10.000 en Túnez y 450 en Trípoli. La guerra corsaria alcanzó la máxima actividad a lo largo del siglo XVII, disminuyendo en intensidad durante el XVIII. Sin embargo en Argel había aún 7.000 esclavos cristianos en 1749, para bajar, 20 años más tarde, a unos 2.000.
El puerto de Cartagena se convirtió, por su situación estratégica, en el lugar clave para las idas y retornos de las operaciones de redención. Las únicas órdenes religiosas que tenían autorización para realizar las redenciones eran los frailes pertenecientes a la Orden de Nuestra Señora de la Merced, fundada en Barcelona de 1218. Su labor de rescate durante siglos fue encomiable y ejemplar, llegándose a calcular unas 80.000 redenciones desde su fundación; pero fue durante los siglos XVI y XVIII el periodo de mayor actividad.
A los votos de castidad, obediencia y pobreza se le sumaba un cuarto: la redención de cautivos, que implicaba “la sustitución personal de un prisionero por un miembro de la Orden”. Junto a los Mercedarios estaban los padres Trinitarios, cuya orden era más antigua, fundada en 1198. Ambas órdenes religiosas eran las encargadas de realizar las redenciones de cautivos, que desde nuestra perspectiva actual bien podríamos considerarlas unas auténticas aventuras y cuyos episodios podrían servir para varias películas de ficción.
El puerto de Cartagena constituía el principal punto de estas actividades de redención, las cuales, cuando acontecían, suponían un revulsivo para la vida rutinaria de la ciudad. Era el puerto más cercano a Argel y el de mayor contacto con el presidio español de Orán, lugar desde donde se operaban las primeras negociaciones entre los frailes españoles y los agentes musulmanes. A partir de aquí, y una vez seleccionados los cautivos a redimir y fijados sus correspondientes rescates, comenzaba toda una carrera de obstáculos, que incluía sobornos, engaños, huidas e intentos de asesinatos y en donde, en la mayoría de las ocasiones, la vida de los padres redentores y del escribano que les acompañaba corrían peligro.
Las operaciones de redención más conocidas y mejor documentadas tuvieron lugar en los años 1678, 1712 y la más voluminosa, por el presupuesto que llevaba asignado, en 1768.
La de 1678 tiene su especial relevancia porque la ciudad no disponía de un lazareto donde pasar cuarentena, creando varias situaciones de inquietud y zozobra, no solo entre los rescatados sino entre los responsables municipales de salvaguardar la salud pública.
Hay que tener en cuenta que Cartagena estaba saliendo de uno de sus repetidos episodios epidémicos de peste que tanto había diezmado la población en el siglo XVII. El más doloroso fue el de 1648, donde se llegaron a perder más de 14.000 personas. La ciudad se veía incapaz de recuperar sus activos de población…
(continuará)
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No es mi propósito hablar de LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA, ocurrida en 1212; para eso podéis leer el libro de Juan Eslava Galán Últimas pasiones del caballero Almafiera, que es muy entretenido, pero también “un hueso duro de roer”…
Lo que quería aclarar era el sentido de las palabras NAVAS Y TOLOSA.
“NAVAS” son terrenos llanos y sin árboles, a veces pantanosos, situados generalmente entre montañas (sinónimo: hondonada).
“TOLOSA” ¿no provendrá del francés?, pues, según el escritor antes referido, el nombre se lo dio el arzobispo de Narbona en recuerdo de la ciudad francesa de TOULOUSE, donde por aquél entonces la Iglesia luchaba contra los cátaros.
¡Por fin lo tengo todo aclarado!
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ADORABLE FRIENDS
The first summer was really special because of the amount of friends I met. Between them, I would like to highlight a wonderful person, her name is Concha and she is my dear neighbour. She is in her seventies and she is a hard-working and helpful woman.
From the first year, she comes home, asking for permission and with great enthusiasm, she brings tomatoes, green pepper, aubergies, water melon and fresh eggs. If I had to choose between one of her best presents, I would choose her milk rice that every summer she makes for my son. Moreover, she has taught me how to cook roast stuff and puddings. Whenever I need her I know that I can always count on her.
She is a charming person and I am very grateful to her. It makes me feel a fortunate woman to be able to share with her all these unforgettable summers.
AMISTADES ENTRAÑABLES
Hace ya doce años que llegué a un pueblo llamado Isla Plana. Yo nunca había oído hablar de este encantador y único lugar. Mi marido y yo queríamos invertir en una casa en la playa y el destino quiso que fuese aquí.
El primer verano fue bastante especial, por los amigos que conocí. Entre ellos me gustaría destacar a una gran persona, su nombre es Concha y es mi querida vecina de la playa. Tiene alrededor de setenta años y es una persona trabajadora y muy servicial.
Desde el primer año en que nos conocimos Concha viene a mi casa y entra en ella, no sin haber pedido antes permiso, a traernos alimentos de la huerta de su marido: tomates, berenjenas, pimientos, sandías y unos fresquísimos huevos. Si tuviese que elegir entre uno de sus mejores regalos, que tan entusiasmadamente nos trae, elegiría el arroz con leche que le hace todos los veranos a mi hijo y a quien tanto le gusta. Además, me ha enseñado cómo cocinar asados y hacer riquísimos bizcochos, y siempre que la necesito sé que puedo contar con ella.
Es una persona encantadora a la que tengo que agradecer muchas cosas y me siento afortunada al llevar compartiendo junto a ella todos estos inolvidables veranos.
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El 24 de julio, día anterior a la entrega del Premio literario Villa de Mazarrón, Carmen Amoraga nos deleitó durante más de una hora con su conferencia. Lo hizo en un estilo cercano, directo, franco, sencillo.
A sus 45 años ha mostrado una amplia e intensa experiencia y nos ha devanado no pocos consejos, de los que sólo puedo recordar algunos.
Sus tres metas u objetivos en la vida muestran su actitud positiva hacia ella:
Ser felices
Hacer felices a los demás
Perseguir un sueño
Con asombrosa naturalidad se confiesa descendiente de una familia sencilla de un pueblo de Valencia, Picanya, en la que sus abuelos eran analfabetos y sus padres no lo eran por la mínima. Es, por lo tanto, la primera en cursar estudios; y muy pronto, entre la niñez y la adolescencia, se dispone a escribir con sorpresa y hasta preocupación de su familia. Era muy consciente de lo difícil que es que a un novel le publiquen algo; por ello, nos recuerda dos consejos contrapuestos.
El primero es de un librero del pueblo que se ofrece a sacar fotocopias de su obra para repartirlas entre sus allegados.
El segundo es de una amiga, con más visión de futuro como se ha podido ver, que le anima a presentarse a todos los concursos posibles.
Aplicó éste con tenacidad y, por supuesto, animó a los oyentes a hacer otro tanto. Lo comparaba con la pelota de tenis, lanzarla una y otra vez, siempre esperando que alguna vez caiga del otro lado.
Su amena charla parece contagiarnos de la pasión que siente por la lectura. Nos ofrece dos razones fundamentales:
- Porque podemos; muchos de nuestros mayores no han leído porque no han podido.
- Porque nos hace mejores personas y más felices. Nos identificamos sin pretenderlo, y con más profundidad que en una película, con los personajes, protagonistas o héroes de la obra; sin embargo, aclara que sus personajes no son héroes, tal como se suele entender por tales, sino personajes ordinarios de la vida cotidiana; a lo sumo, son héroes de la supervivencia.
En toda su charla, así como en toda la obra objeto del Premio Nadal, aparece la actitud firme de descubrir el lado positivo de las cosas; hasta en los sucesos más desgraciados se puede hallar un lado positivo: “aprender a perder es aprender a vivir”. Los muertos se llevan con ellos sus lados negativos y nos dejan los positivos.
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Todos los pescados azules admiten este tipo de elaboración. Existen numerosas formas de escabechar el pescado; sin duda habrá alguna más sugerente que la que voy a explicar, pero así es como la hacía mi madre y así es como yo la preparo.
Pescado en escabeche
Ingredientes:
Bonito, caballa, melva, bacoreta… (el que tengamos).
Ajos,
laurel,
agua,
vinagre,
aceite,
una buena cantidad de pimienta negra en grano y
corteza de limón.
Elaboración:
En una sartén con abundante aceite doramos los dientes de ajo sin pelar, bastantes como para encontrarnos 3 o 4 en el plato, y los reservamos. Hacemos lo mismo con el laurel (2 o 3 hojas), la corteza de limón y la pimienta (yo la pongo dentro de un colador para que sea fácil retirarla). Estos 3 ingredientes se fríen en poco tiempo, por lo que tenemos que estar atentos; una vez hechos los apartaremos junto con los ajos.
En este aceite freímos el pescado en rodajas; si es un pescado pequeño, como por ejemplo los estorninos, podemos hacerlos enteros. El pescado debe estar muy bien frito, pues de no ser así quedaría blando. Según se vaya friendo lo colocaremos en una cazuela o fuente, donde se quedará definitivamente.
Quitamos todo el aceite de la sartén e incorporamos a ésta los ingredientes que teníamos reservados, añadimos el agua (la cantidad habrá que calcularla teniendo en cuenta que después el pescado deberá quedar parcialmente cubierto), ponemos también el vinagre, siendo generosos con él, y un poco del aceite que habíamos utilizado (se deben ver algunos “ojos” sobre el agua, sin que llegue a tapar toda la superficie, para que no quede muy aceitoso). Lo pondremos a fuego lento unos 15 minutos, suficiente para que se homogeneice el conjunto y para que el vinagre pierda parte de su soberbia.
Una vez se haya enfriado el caldo, y “no antes,” lo vertemos por encima del pescado que teníamos reservado en la cazuela. Esperar a que se enfríe el caldo es fundamental para que el pescado no se cueza.
Esta forma de preparar el pescado tiene también la ventaja de poderlo guardar durante varios días, con la certeza de que mejorará con el tiempo. En su caldo podremos hacer numerosos barquitos que, dada la baja densidad de éste, prestos se hundirán, por lo que no tendremos que esperar para dar buena cuenta de ellos.
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14.- Nuestras lecturas: La sonrisa etrusca, por Luz Pérez Nieto
La sonrisa
etrusca, de
José Luis Sampedro
Salvatore Roncone,
Bruno para sus amigos, es un viejo, aún de buen ver, nacido en un pueblecito
entre montañas en la región de Calabria, al Sur de Italia. Como buen calabrés,
su vida está apegada a las costumbres y viejas tradiciones de esa región, bastante más “cerrada” a los
nuevos tiempos tras la Segunda Gran Guerra. Para Bruno lo mejor es lo aprendido
y vivido en su pueblo; no admite el progreso en ningún sentido.
Hombre cerril, con sus
enconos con los vecinos, en particular con otro anciano como él, fascista
reconocido, que siente hacia Bruno los mismos sentimientos de odio y rencor. La
guerra le hizo partisano; entre sus montañas, tan bien conocidas por él, luchó
contra los fascistas de Musolini y contra los alemanes.
Ahora, bastante
tiempo después de aquellos días, encanecidas las sienes, ambos se ven viejos y
enfermos: el otro, paralítico, en una silla de ruedas; él, con esa cosa que le
corroe las entrañas ‑cáncer‑, a la que, como si de una vieja amiga se tratara,
llama “la Ruska”. Por sus mentes arde el deseo de ver muerto a su rival antes
que a sí mismo; es una obsesión, una necesidad de triunfar, de ver quién
terminará antes esta vida.
Renato, hijo de Bruno, decide llevarse del
pueblo a su padre para consultas médicas en Milán, ciudad en la que reside. De
camino pasan por Roma y casualmente Bruno entra en un pequeño museo, donde
queda extasiado contemplando una escultura roja. Se trata de un sarcófago
etrusco que representa a dos amantes recostados en un triclinio y cuya fuerza
expresiva sobrepasa los siglos. Es esa sonrisa, apenas esbozada, que parece
reírse del mundo que les rodea, la que deja prendado y absorto a nuestro
protagonista, y cuya imagen le quedará grabada para el resto de sus días.
Cuando al fin llegan
a Milán, el viejo se encuentra con un mundo nuevo, insólito, incómodo, frío,
carente de todo lo vivido en su pueblo. Tampoco se encuentra cómodo con su
nuera y solo cuando conoce al hijo de ambos, Brunetino, un pequeño de trece
meses, comienza a sentir ganas de vivir de nuevo, pero anclado en el pasado;
ese niño, su nieto, ha de ser como él. Se las ingenia, recordando sus
escaramuzas como partisano, para entrar en la habitación del pequeño, que
duerme lejos de sus padres, solo, y eso a Bruno le parece horrible. Allí,
acurrucado, envuelto en su vieja manta de campaña, pasa las noches junto a su
pequeño para que no sufra ni llore. Todas las noches hace la misma operación de
salvamento y se introduce en el cuarto cerrado, pendiente de cualquier ruido “del enemigo”, velando el sueño del
pequeño para que no se sienta solo.
La ternura lo va
invadiendo, una ternura que no tuvo con sus hijos, y empieza a descubrir
sentimientos que nunca había conocido. Junto al pequeño revive su vida, las
experiencias que tuvo, los amigos de lucha, las mujeres a las que amó. Hay
momentos en los que está dispuesto a defender a su “nonno” como si estuviera en
una batalla. Es feliz contándole su vida, aleccionándole.
Va cogiendo confianza
y decide salir a conocer el barrio, encontrándose con personas afines a quienes
muestra orgulloso a su nieto; poco a poco se va dando cuenta de los cambios
personales que va experimentando, sintiendo cosas que nunca había sentido,
viviendo la vida de otra manera más plena. En ese discurrir por el barrio un
día conoce a esa otra mitad que le faltaba: su Hortensia.
Junto a ella se
siente renacer a pesar de que la “Rusca” empieza a manifestarse con más agresividad.
Hortensia, nacida en el Sur, como él, le comprende, le mima, le rejuvenece y le
hace muy feliz; los tres juntos, ellos dos y el niño, viven días llenos de
alegría y esperanza, pensando en casarse y regresar al pueblo para que su
Brunetino lo conozca.
Es una historia de
transformación hacia una vida más plena, llena de contrastes, de sentimientos,
de amistad. Es, en resumen, una hermosa historia.
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15.- Una pieza de humor, por A.F. García
A las puertas de la Iglesia de La
Azohía el grupo, que se ha querido llamar MENTA POLEO después de su
recomposición, ha puesto en escena “PARADA 69”, de José Cedena.
Estamos convencidos de que este
creador de Malpica del Tajo, actor, director y escritor de sainetes y comedias
de humor, no gastó en ésta sus mejores esencias. Las situaciones que pueden dar
lugar a la risa, sería bueno que a la carcajada, empezando por el título, son
de excesiva simpleza, falta de enjundia y carencia de esa miga o gracia
chocante que haga desternillarse de risa a los espectadores.
Por todo ello, nuestros amigos de la
escena han tenido que hacer un esfuerzo especial para exagerar o forzar las
situaciones. Les felicitamos porque creemos que lo han conseguido y han
divertido a este público, al que tan pocas oportunidades se le ofrecen de contemplar
este tipo de espectáculos. Desde nuestro Boletín y desde nuestra Asociación les
animamos a que continúen y apunten más alto a la hora de escoger el guión o la
obra para su próxima representación.
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16.- Ecos de actualidad: Una despedida del verano animada y cordial, por A.F. García
Un numeroso grupo de socios de la A.
de VV de Playas de la Chapineta no quisieron finalizar su estancia veraniega de
cualquier manera; lo hicieron a lo grande; algunos nos dejamos invitar, aunque
no éramos de los que nos íbamos de Bello Rincón. A esto no se debe renunciar,
¡y cómo lo pasamos de bien! En la gran mesa que se montó aparecieron viandas
calientes y frías, dulces y saladas…, de lo más variado y exquisito. No hay
duda de que en nuestro Barrio hay muy buenas cocineras y más de un buen
cocinero. Si lo que allí degustamos era excelente por su calidad y variedad, no
lo era menos la cordialidad, la alegría y el ambiente sano que se respiraba. No
hay duda; ésta es una de las tradiciones que no deben desaparecer.
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17.- AQUAGYM: Gimnasia en el agua y fuera de ella, por A.F. García
Esta imagen la estamos viendo por
cuarto verano consecutivo en la Playa de San Ginés.
¿Es que no hacen gimnasia el resto del
año? Les podemos asegurar que sí. La hacen donde pueden y les dejan, porque no
tienen local ni organismo público que les apoye. Todos los transeúntes las
vemos cada martes y jueves de 10 a 11 de la mañana.
Son mujeres. Y no es que excluyan a
los hombres; el que esto escribe puede asegurarlo, aunque no asista por no
poder exponerse al sol. No sólo hacen un saludable ejercicio, sino que explayan
su espíritu y demuestran una desinhibición impensable medio siglo atrás. Desengañémonos,
a pesar de nuestra tradición machista, o precisamente por ella, las mujeres
tienen más iniciativa y son más resueltas a la hora de participar en
actividades lúdico-deportivas o culturales. Lo sabemos muy bien en nuestra
Asociación, de la que forman parte muchas de estas entusiastas gimnastas. Por
ello, sin querer intervenir lo más mínimo en el funcionamiento del grupo,
consideramos positivo que se conozca y reconozca esta actividad.
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18.- El Club de Mayores de Isla Plana, por A.F. García
En el Club de Mayores de Isla Plana,
al que pertenecen no pocos residentes de La Azohía, hay periódicamente algún
momento de sana convivencia: cena y baile, cena y bingo, gimnasia, labores, excursiones...
El domingo día 21 tienen una muy interesante a la que uno ha tenido que
renunciar porque el sábado día 20 habrá ido a otra de más ineludible
compromiso.
En la imagen les vemos concentrados en
el bingo después de la correspondiente cena. Esta actividad lúdica es, con
mucho, la que más atrae en este grupo y en todas las asociaciones de la zona;
supera no solo a cualquier actividad cultural sino incluso a algo a priori tan
divertido como el baile con orquesta. A uno no deja de sorprenderle que esto
ocurra con la crisis que estamos arrastrando. Pero, como de lo que se trata es
de pasarlo bien, y parece que así lo consiguen, ¿quién soy yo para juzgar? Lo
que sí se puede asegurar es que en este grupo se respira un indudable buen
ambiente. Y deseamos que se mantenga.
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19.- Veranear en Bello Rincón, por A.F. García
Estos tres jóvenes holandeses de la
fotografía, tan singulares por su indumentaria como por los instrumentos musicales
que tocaban, cubrieron una noche de música y gastronomía europea; y lo cierto
es que fueron muy del agrado del público.
También fue muy bien recibido otro
grupo de música latina, que impulsaba a los asistentes a mover el cuerpo casi
sin quererlo. Esto, por recordar alguno, porque el establecimiento PISCIS, suponemos que a iniciativa de
Susana, ha dedicado cada quincena del verano a una gastronomía y una cultura
diferentes.
El establecimiento RIVEMAR ha batido este verano récords
de variedad y buen gusto musical, atrayendo a multitud de personas jóvenes y no
tan jóvenes. En la foto, uno de los grupos, en este caso españoles, que
deleitaron al público asistente por su singularidad y buena música.
A éstos habría que añadir el
establecimiento Rock-Ola, espacio
musical veraniego situado junto al mar desde hace algunos años, que ha incluido
en su programación veraniega actuaciones musicales y monólogos de humor, entre
otras cosas, y que ha tenido auténticos “llenos”.
Y no nos olvidemos de la verbena del
mes de julio en La Chapineta y de la del barrio del muelle pesquero en agosto.
Alguien me comentaba, asombrado, haber
pasado en la misma noche por cuatro espacios musicales diferentes en un radio
de menos de un kilómetro. ¡Y los chiringuitos que están proliferando!, ¿quién
nos lo iba a decir a algunos?
Cuando a finales de los ochenta le echaba
el ojo a una vivienda, cuya terraza y vista al mar llenaba los ojos, las chicas
que la ocupaban me comentaban con disgusto que se veían obligadas a dejarla
porque no encontraban alicientes en la zona. ¡Así es la vida, vivir para ver!
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20.- La influencia de la luna, por Elsa Sanz Meliá
Como sabemos, la Luna, girando, da 12
vueltas a la Tierra, mientras ésta da solo una alrededor del Sol. Tenemos así
un mes frente a un año.
La influencia lunar más conocida son
las mareas: pleamar y bajamar. Pero además, su atracción afecta a las masas sólidas
y gaseosas. En toda Europa han permanecido en el campo creencias sobre la
influencia de la Luna en animales y vegetales.
La cultura Maya ya disponía de
almanaques como guía para las plantaciones. La fase creciente era el comienzo
para las plantas de desarrollo rápido como la patata y la yuca; el periodo de
luna llena era considerado el de mayor
energía para las plantas, los animales y los hombres; el cuarto creciente era
el idóneo para la siembra y el cuarto menguante, hasta la luna nueva, en
cambio, era el idóneo para la recolección, el corte de la madera…
Tenemos 7 días en cada luna con sus
mareas en los ríos. La creencia es que la sabia y el agua están concentradas en
el suelo y van subiendo hacia la luna llena. Hay más insectos en la naturaleza
y también es cuando se deben injertar los árboles. Las leyendas de Europa y de
los Mayas son coincidentes en cuanto a la fase lunar para la poda y la siembra
de los tubérculos.
En Europa, en periodos de luna llena,
no se operaba a las personas ni se castraba a los animales. Se apartaba el
estiércol en cuarto creciente y se guardaba el trigo y la cebada en luna llena.
Existe una armonía entre la influencia de la Luna y la naturaleza.
Se creía en la influencia de la Luna
en los hombres: el hombre lobo, la influencia en los nacimientos, en los
suicidios, en el ciclo menstrual (recordemos que los ciclos menstrual y lunar
son de 28 días), se hacían ayunos en la luna nueva… Recuerdo una peluquera que
me aconsejaba cortar el pelo cuando fuera luna llena. Creencias populares que
para muchas personas son reales.
Para mí es nuestro bello satélite,
lleno de leyendas y creencias: su influencia en los cultivos, las invocaciones
de las brujas, el lobo aullando a la luna llena, la misteriosa cara oculta de
la Luna.
Recordemos que también se ha usado
como apellido nobiliario: Benedicto XIII, el Papa Luna, o don Álvaro de Luna,
condestable de Castilla, ambos de la misma estirpe familiar “Luna”…
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21.- Nuestras exposiciones, por A.F. García
Desde hace algo más de dos años
nuestra Asociación viene organizando diversos tipos de exposiciones de labores
artesanas, artículos de segunda mano, pinturas…
De acuerdo con algunos de los
expositores habituales se estableció como día fijo para esta actividad el
segundo sábado de cada mes. Sin embargo, también se aprovecha alguna fiesta o
fecha señalada, como la Fiesta de la Purísima, el sábado anterior a Semana
Santa, la Noche de San Juan o las Fiestas del Carmen de la A. de VV. de La
Chapineta.
En la imagen vemos precisamente a dos
jóvenes que montaron una exposición con sus productos los días 19 y 20 de julio,
de la que por cierto acabaron muy satisfechas.
También le fue muy bien a nuestra
compañera Ana Patricia los días 16 y 30 de agosto, en pleno paseo marítimo,
frente al Restaurante La Bodega Molina. A la satisfacción que mostraron estas
expositoras se une la nuestra al saber que lo obtenido de la venta de los
productos sirve de ayuda para algunas asociaciones protectoras de animales.
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22.- Anímate a practicar la marcha nórdica, por Mª. José
Queremos formar un grupo para
practicar la marcha nórdica. El equipamiento básico es muy simple: unos
bastones específicos, calzado adecuado y ropa cómoda. Se puede practicar en
cualquier tipo de terreno: por pista, por la calle, por el campo… Como todo, es
mucho más entretenido practicarlo en compañía. Además, proporciona muchos
beneficios. Es adecuado para casi todo el mundo, ya que se trata de una
actividad suave y que se puede adaptar a las exigencias, capacidades y edad de
todos sus participantes. Caminar es el ejercicio básico que todos los
profesionales de la salud recomiendan para mantener una vida sana y activa, y
la marcha nórdica se basa en andar, pero con la ayuda de unos bastones
especiales.
Dentro de los beneficios que aporta para
la salud, un estudio publicado por el Instituto Alemán de Biomecánica, en Bad
Sassendorf, destaca los siguientes:
·
Se
trata de un ejercicio aeróbico, por lo que ayuda a trabajar el sistema
cardiovascular y la capacidad respiratoria y a prevenir o controlar diferentes
enfermedades como la hipertensión arterial.
·
No es
agresiva para tobillos, rodillas o espalda, puesto que no se salta al andar.
·
Se trabaja
tanto el tren superior como el tren inferior, por lo que es un deporte bastante
completo.
La marcha nórdica es ideal para las
personas que quieren perder peso, ya que se queman muchas más calorías que con
el ejercicio que se hace al caminar simplemente. En este sentido, un hombre
quema unas 600 kilocalorías si la practica a una velocidad de 6,5 km/hora, y
una mujer alrededor de 450 kilocalorías a la misma velocidad.
Como cualquier otra actividad física,
ayuda a liberar endorfinas y, por lo tanto, produce una sensación de bienestar.
La caminata nórdica ayuda a combatir el
estrés y aporta una mejor oxigenación al cerebro, aumentando, de esta manera,
la capacidad cerebral y todas las actividades relacionadas con ella.
Algo que suelen compartir todas las
personas que se deciden a practicar marcha nórdica es la extraña sensación del
primer día, cuando se dan cuenta de que este deporte no es simplemente caminar.
Por eso queremos formar un grupo y contratar un monitor federado que nos enseñe la técnica para realizar los
movimientos de manera correcta y sin perjudicar nuestra salud, y poder seguir
después practicándola en grupo o individualmente.
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